La vida sigue igual, como susurraba Julio Iglesias.
La crisis iba a cambiarlo todo. El sistema, los partidos, la forma de gobernar, la ley electoral, las listas abiertas, el movimiento 15-M, los indignados, la burbuja inmobiliaria, los desahucios, los todoterrenos para uso urbano, el cambio climático, la austeridad, el reciclaje, “ya veréis, nada volverá a ser como antes…”
Y aquí están de nuevo los mismos de siempre, los dos grandes en un debate con el mismo lenguaje, los mismos reproches, los mismos titulares del día siguiente, quién ha ganado y quién ha perdido, el hemiciclo vacío o una presidenta entretenida en un juego con caramelos de colores que suben y bajan.
Cambiarán algunas cosas, sí, pero todo seguirá como siempre. Siempre en campaña permanente. Saldrán unos y entrarán otros, con un poco de suerte no habrá mayorías absolutas, habrá que pactar y dejar a un lado la prepotencia y el decreto-ley por la vía de urgencia.
Pero volveremos a endeudarnos, los bancos seguirán cobrando comisiones, el agua y la luz serán más caras cada año, y los bonos de transporte, y el IVA cultural al 21%, y cada vez más gente mendigando ante los supermercados. Y ahora nos quitan las tasas judiciales pero quién sabe si las volverán a instaurar cuando gobiernen. Si hicieron todo aquello que dijeron que no harían (o que dicen que no querían hacer pero que no tuvieron más remedio que hacer para evitar algo peor: “¡que viene el lobo del rescate!”), ¿por qué ahora deberíamos creerles?, a ellos o a todos los que son como ellos, aunque algunos se disfracen de otra cosa para disimular. Nos engañan porque nos dejamos engañar, porque deseamos que nos engañen, porque nos gusta que nos expliquen siempre el mismo cuento, the same old story. Íbamos a recuperar los “valores” perdidos, pero nos da mucha pereza buscarlos entre los escombros.
Y también en Catalunya todo seguirá igual durante muchos años. Dentro del Estado, porque uno no se puede marchar de un Estado contra la voluntad de ese Estado y de una parte importante de los ciudadanos que se supone que se quieren marchar. Aunque haya otra parte que esté decidida y convencida, y otros muchos estemos cansados de estar como hasta ahora y de que nadie nos ofrezca una alternativa mejor que no suponga la ruptura. Porque también estamos hartos de que nos hablen de ruptura y de secesión sin saber bien a dónde conduciría ese camino sin destino definido.
Es el día de la marmota. El agua del río siempre fluye, pero el cauce permanece.
… a un porvenir marchamos que fue gastado ya por otros; no me atrevo
con engaño a guiar tu vida; tropezamos
con el pasado al avanzar, todo es renuevo;
los en brote y los secos son los mismos ramos
lo que ha de ser ha sido ya, nada hay de nuevo.
Miguel de Unamuno
Rosario de sonetos líricos
* Del Eclesiastés, 1,9:
“Lo que fue, eso será. Lo que ya se hizo, eso es lo que se hará; no se hace nada nuevo bajo el sol”